¿Te gustaría saber cómo conservar los ibéricos sin problemas? Te damos ya todas las claves para que cada loncha te sepa a gloria y para sacarle el máximo partido a cada pieza que compres.
Lo primero que debes hacer es conservar cada pieza en frío. Solo así te garantizas que el producto va a mantener su textura y que no va a haber partes más blandas que otras. Al mismo tiempo, es recomendable que utilices una bolsa opaca para que no les de la luz a los embutidos. Te recomendamos que saques el embutido ibérico 30 minutos antes del frigorífico y unos 10 minutos antes de servirlo debes abrir la bolsa. A partir de ahí puedes cortarlo como prefieras y emplatarlo.
Hasta aquí todo bien ¿verdad? Pero el problema surge cuando abres la pieza y la tienes que meter de nuevo en la nevera. Si lo has hecho con anterioridad, quizá hayas notado que tu embutido se queda demasiado seco. Hay varias opciones para evitarlo. Una es poner unos granos de sal gorda en la parte cortada. Otra es untar aceite de oliva en la misma zona antes de envolver el embutido muy bien con papel transparente. Recuerda que para cortar las lonchas, a cuchillo o a máquina, has de retirar la tripa que rodea a la pieza. Ve poco a poco y no la retires totalmente, ya que sirve de aislante para el frío y te garantiza que hasta el final vas a disfrutar de una textura increíble.
¿Qué ocurre si has abierto una pieza, has dejado un trozo y te vas de vacaciones? Pues que, seguramente, al volver te encuentres que el embutido está demasiado duro para comer. Envuélvelo con un trapo limpio de algodón ligeramente humedecido. Déjalo unos minutos y comprueba el resultado.
Otra circunstancia que puedes vivir es que compres una pieza y el charcutero te ofrezca cortarla a máquina. Si no tienes maña con el cuchillo, y tampoco cortadora en tu casa, es una gran alternativa. Eso sí, has de conservar todas las lonchas apiladas en vertical y envolverlas con plástico transparente. Saca solo las rodajas que vayas a consumir durante unos minutos y emplata durante un cuarto de hora para que sude un poco el embutido.
¿Influye la zona en la que vives para conservar bien tu embutido ibérico? Sí. De hecho, este producto exige una temperatura de entre 17 y 25 grados como máximo. Así que si resides en una parte de España en la que hace calor, lo más conveniente es que utilices el frigorífico como te hemos comentado. En caso contrario, puedes colgar las piezas siempre por separado en un espacio oscuro y ventilado. Evita que la luz le dé al embutido, puesto que podría oxidar la grasa y alterar su sabor. ¿Dispones de un secadero en tu casa? Si es así enhorabuena, en caso distinto, no cuelgues el embutido en la cocina debido a los picos de temperaturas que se alcanzan durante la cocción de otros alimentos. ¿Entiendes ahora por qué el frigorífico es la mejor alternativa?
Aunque lo sea, es primordial que sepas dónde colocar el embutido y cómo hacerlo para alargar su vida útil. Te aconsejamos que muevas las bandejas de tu nevera hasta conseguir un espacio justo en el que disponer las piezas con comodidad. No debe estar ni justo encima de los cajones de la fruta, ni en la parte superior donde está el ventilador y la luz. La tercera bandeja desde arriba sería la ubicación ideal. Intenta mantener las piezas en horizontal y no deje que se toquen entre ellas (especialmente si ya están abiertas). ¡Pon algo de orden entre tus ibéricos para tener una nevera envidiable!
Ahora vamos a responder a una de las preguntas más repetidas: ¿el embutido ibérico se puede congelar? Sí, especialmente si en tu casa hay una mujer embarazada y quieres evitar el riesgo de que padezca toxoplasmosis (una infección que puede afectar al feto). En este caso, hay diversas opciones. La principal es el uso de aparatos de congelación rápida a una temperatura de entre 18 y 24 grados bajo cero. Si no dispones de esta opción, congela la pieza envasada al vacío sin abrir el envoltorio o envueltas muy bien con papel film. Para fijarlo más, puedes utilizar una goma elástica y así te aseguras que no entra humedad alguna.
No olvides que has de descongelar cada pieza en la parte superior del frigorífico durante varios días. Así te garantizas que tanto la consistencia como el sabor serán los más adecuados. Otra de las preguntas del millón de euros es: ¿qué hay que hacer con el plástico del embutido envasado al vacío una vez abierto? Muchos opinan que solo tienes que darle la vuelta al embutido para proteger la parte cortada y que el envoltorio es ideal para soportar las bajas temperaturas. Si bien este último extremo es cierto, una vez abierto el producto comienza el proceso de oxidación. Así que ya sabes, utiliza, una vez más, el papel transparente para envolver a la perfección la pieza y ve cortándola a medida que te apetezca.
Aparte de los consejos anteriores, te recomendamos que trates tus embutidos con cariño. Evita toquetear la pieza para comprobar si está dura o blanda, retira el plástico suavemente y utiliza la tripa natural para envolver la zona de corte. A más mimo, más jugosidad, aroma y calidad. No sé, ponte en su lugar y seguro que entiendes la diferencia.
Esperamos haberte ayudado a conocer cómo conservar tus ibéricos y, sobre todo, a animarte a consumir un producto tan excepcional. Imagínate un plato de salchichón o de chorizo con ese aroma tan peculiar, con las especias más selectas y con esa jugosidad tan característica. ¿A que te apetece? Pues siguiendo nuestra guía vas a poder vivir semejante experiencia en primera persona cualquier día del año. Recuérdalo: frigorífico, papel transparente, una bolsa opaca y mucho mimo. Pon a prueba tu paladar cuando prefieras y disfruta del inconfundible sabor de un embutido fabricado con carne de cerdo ibérico. ¡Acepta nuestro reto y disfrutarás!