La panceta es uno de los ingredientes más versátiles que existen en el mundo de la gastronomía. También es uno de los más españoles, aunque es muy utilizado en otras cocinas como la francesa. ¿Quién no ha disfrutado alguna vez de unas migas o un buen potaje con panceta? ¿Qué diferencia existe entre la ahumada y la salada? ¿Qué platos puede acompañar? Te lo explicamos todo.
Diferencia entre la panceta ahumada y salada
A simple vista, a muchos les puede parecer que la panceta ahumada y la salada son la misma cosa, pero no es así. De hecho, tienen sus diferencias, que también se notan en el sabor.
Mientras que la salada solo lleva un proceso de curación con sal, la ahumada pasa por un proceso de ahumado con diferentes maderas. Estas le dan un sabor aún más intenso, pero hacen que pierda su gusto fresco y natural. La panceta ahumada es conocida popularmente como bacon y suele utilizarse mucho como aperitivo frito o para acompañar unos huevos u otros platos de cocina rápida.
En la cocina, la panceta suele emplearse preferentemente para el relleno de carnes. Da un resultado más jugoso. También se usa para el arroz en paellas, para los típicos potajes u otros guisos. Por otro lado, el bacon acompaña platos más modernos, como los espaguetis a la carbonara o las hamburguesas.
Mientras que la panceta salada se suele añadir cruda en trozos o taquitos al guiso, el bacon suele prepararse frito, antes de incluirlo en salsas o como acompañante de hamburguesas y otros platos. No obstante, también puede añadirse crudo a una pizza o a una cupcake salada, por ejemplo.
En cuanto al corte, la panceta salada suele comercializarse en trozos gruesos (también la puedes encontrar loncheada). La ahumada suele venderse más en finas lonchas. Por esta razón, la panceta salada lleva al consumidor a tomar más calorías que cuando opta por el bacon loncheado.
Respecto al color, también cambia un poco de una versión a otra. La salada tiene un aspecto más claro y, podríamos decir, más fresco. El tono de la ahumada es más oscuro e intenso.
Ahora, hablemos del sabor, donde hay también ciertas diferencias. Ambas tienen un sabor ligeramente salado que encanta, pero la ahumada tiene un toque amaderado intenso muy especial para ciertos platos.
Por otro lado, se suele considerar a la panceta salada como un producto de mejor calidad que la ahumada. Como se mantiene la carne fresca, esta guarda todas sus propiedades íntegras y un sabor mucho más natural.
Asimismo, la panceta salada suele estar algo más salada que la ahumada. Por eso, es importante que recuerdes ponerle poca sal a la comida que vayas a preparar con ella. Sin embargo, para los platos que lleven bacon, no debes preocuparte. Este presenta un punto de sal justo y se puede agregar a todo tipo de comidas sin temor a que queden saladas.
En algunos países, la panceta ahumada es más consumida que la salada. Suele formar parte de los desayunos anglosajones. En España, sin embargo, optamos mucho por la ahumada, que incluimos en los potajes y platos típicos de nuestro país.
En cuanto a su proceso de cocinado, si utilizamos ambas para fritos, la panceta salada quedará mejor con tan solo un par de vueltas, mientras que la ahumada resultará más sabrosa algo churruscada. Potencia el sabor y le otorga un aspecto más agradable a la comida.
El maridaje es diferente con ambos productos. La panceta fresca utilizada en potajes y guisos combina a la perfección con un buen vino tinto de crianza. Sin embargo, para platos más actuales, como la hamburguesa o los entremeses que suelen llevar bacon, lo mejor es acompañar la comida con una cerveza artesanal.
Sugerencias para la degustación de la panceta
La panceta da muchas posibilidades dentro de la cocina. Puede ser parte de salsas, entremeses y platos tanto dulces como salados. ¿Quieres algunas sugerencias para usar la panceta en la cocina? Toma nota de las siguientes.
- Salsas de nata. La panceta le da un sabor muy especial y rico a las salsas de nata que acompañan carnes o pasta. Es imprescindible en la receta de los espaguetis a la carbonara.
- Típicos torreznos. Si quieres un aperitivo para entrar en calor durante el invierno, los torreznos de panceta te van a encantar. Si puedes hacerlos en un horno de leña, mejor que mejor.
- Para platos de pasta. Con pasta pasada por la sartén en un poco de aceite de oliva virgen extra, panceta salada o ahumada y unas verduras, conseguirás un plato delicioso en tan solo unos minutos.
- Con huevos fritos. ¿Hay algo más español que unos huevos fritos acompañados de algún embutido típico de nuestro país como la panceta? Es un plato para preparar rápidamente e ideal para desayunar o almorzar (y coger energías en un día con mucha actividad).
- Para las migas. Este plato, muy español, no sería lo mismo sin la panceta. No te olvides de acompañar las migas de un huevo, pimiento frito y chorizo. Es una combinación perfecta.
- En los potajes. ¿Quieres añadirles algo de carne a tus potajes, pero siempre te ocurre que no has comprado lo necesario? Si tienes un poco de panceta en la nevera, no te hará falta más.
- En las quiches. La panceta ahumada es uno de los ingredientes más utilizados en estas tartas saladas que tan buen resultado dan cuando tienes invitados en casa.
- Con dátiles. Si buscas un aperitivo de lo más sencillo, pero con un poco de sofisticación para sorprender, envuelve unos dátiles sin hueso en bacon y pásalos por la sartén con un poco de aceite de oliva. Verás cómo gustan.
- Con patatas revolconas. Este delicioso plato tradicional siempre se acompaña de panceta bien frita y lonchas algo gruesas. El secreto es que están bastante torraditas.
Si te encantan los platos con sabor, no dejes de tener a la panceta como uno de los ingredientes más versátiles. Te ayudará a crear recetas deliciosas. Eso sí, no te olvides de tomarla con moderación.