El jamón ibérico es uno de los productos más vendidos en nuestro país aunque no estaría de más conocer sus características principales para degustar uno de máxima calidad. A continuación, te contamos los requisitos que debe cumplir un jamón 100% ibérico para disfrutar de una de las riquezas gastronómicas de nuestro país.
Jamón ibérico etiqueta negra, ¿cómo reconocerlo?
La etiqueta, o brida, negra indica que estamos ante un jamón 100% ibérico, es decir, de raza ibérica pura: tanto la madre como el padre de ese ejemplar son ibéricos.
Además, esta brida te confirma que el cerdo ibérico del que procede el jamón se alimentó exclusivamente de bellotas y del pasto que fue encontrando durante sus recorridos por el campo. También te indica que el animal se crió en libertad durante dos años. Gracias a este último factor, la concentración de la grasa es mucho menor y, del análisis correspondiente, se desprende una alta concentración de sustancias propias de las bellotas. Estos cerdos se sacrifican entre los meses de diciembre y febrero.
Este aspecto incide en el alto nivel de ácido oleico y en lo recomendable de su ingesta. Al corte, es fácilmente reconocible. La grasa aparece siempre infiltrada en la parte central y no acumulada en el lateral. Además, el color del jamón es rojo oscuro, casi cercano al del vino tinto.
Además, si a un jamón de estas características le añadimos la Denominación de Origen Protegida Guijuelo, nos aseguramos el uso de secaderos naturales para que cada pieza vaya absorbiendo el sabor y el aroma del campo en el momento de curación.
¿Es lo mismo un jamón ibérico que uno de pata negra?
El pata negra es ibérico, pero no cualquier jamón ibérico es pata negra. Una vez más, la etiqueta es la mejor indicadora y la única que te permite denominar de la manera antedicha al jamón que la luce.
Es decir, lo que verdaderamente influye en la denominación de pata negra no es que se use como materia prima la pata de un cerdo ibérico, sino el mimo con el que se lleva a cabo la crianza del animal, las fechas determinadas de su matanza y, especialmente, las catas continuadas del jamón en secaderos naturales. De hecho, no existe otro producto similar en todo el mundo que exija tanta inversión y que alcance una perfección similar en sabor y en calidad.
¿Hay algún truco para reconocer los mejores jamones ibéricos?
Escribir jamón ibérico en cualquier carta es muy sencillo, pero hay un par de trucos que te permiten identificarlo fácilmente. El buen jamón no solo brilla tras unos minutos en el plato, sino que también se termina pegando al plato gracias a su grasa natural. Comprueba estas características dándole la vuelta al plato y comprobando que las lonchas no se caen.
Y la mejor prueba posible es la reacción del organismo ante el jamón ibérico, que solo necesita 27 grados de temperatura para ser digerido. Sin duda alguna, una digestión ligera, el color del jamón y su sabor son indicadores infalibles para degustarlo plácidamente.
En Cerdito Mío contamos con uno de los mejores jamones 100% ibéricos: el Marcial Oro etiqueta negra. Un producto exquisito, respaldado bajo la Denominación de Origen Protegida Guijuelo que asegura la procedencia, cría y curación. Un sabor y aroma inconfundibles aplaudidos por la gastronomía de nuestro país, ¿te atreves a probarlo?